La madera ha sido uno de los materiales más utilizados por el ser humano para construir edificios desde los comienzos de la historia. Aunque el uso de acero, hormigón o hierro haya aportado significativos avances a la construcción, la madera nunca ha perdido su popularidad.
A pesar de esta popularidad, en los países de nuestra región es común asociar la construcción de vivienda en madera con proyectos de baja calidad, escaso presupuesto o pequeño tamaño. Este estereotipo no es correcto. En las últimas décadas la industria de la madera ha evolucionado gracias al desarrollo de nuevas tecnologías que permitirían la generalización del uso de este material en la construcción.
¿Por qué la madera podría ser el material estrella para la construcción de viviendas en el siglo XXI?
En pocas palabras, por productividad e impacto en el medio ambiente.
La construcción en madera presenta múltiples beneficios en términos medioambientales. Entre ellos, destacan estos:
- Es el único material de construcción renovable y reciclable. Si el bosque se gestiona de manera sustentable, los árboles pueden ser un recurso renovable. Además, la madera requiere también menor cantidad de energía para ser procesada
- Tiene capacidad de absorber carbono. La madera acumula grandes cantidades de CO2 y su industrialización genera emisiones de gases de efecto invernadero menor que otros materiales. Por ejemplo, producir una tonelada de madera genera 33 kilos de emisiones netas, frente a los 264 kilos del cemento y los 694 kilos del acero
- Produce menos desechos. El uso de la madera genera menos desechos y acelera los plazos de construcción
- Mayor eficiencia energética. La madera contribuye a la eficiencia energética por su capacidad de conducción del calor, lo que la convierte en un mejor aislante que otros materiales. Es 400 veces mejor que el acero y 15 veces mejor que el concreto
¿Qué beneficios técnicos aporta la madera en la construcción?
Además de lo anterior, hay también motivos por los que la madera resulta un elemento constructivo de primera categoría:
- Gran flexibilidad y bajo peso. Es un material óptimo para resistir sismos y reducir el volumen de los cimientos
- Alta capacidad aislante. Es capaz de aislar el calor hasta seis veces más que el ladrillo, 15 veces más que el hormigón y 400 veces más que el acero
- Resistencia al fuego. En piezas de gran volumen tiene alta resistencia frente al fuego y tarda más tiempo en derrumbarse que las estructuras de acero
- Velocidad de construcción y disminución de costes. Al ofrecer la posibilidad de trabajar en faenas secas, aumenta la velocidad de construcción y disminuye los costos.
En definitiva, la construcción en madera procesada no solo agrega valor al servir como absorbente activo de CO2, sino que también reduce significativamente las emisiones vinculadas al proceso industrial de construcción. Además, en este proceso disminuyen los costos y posibles emisiones por ser más eficiente en cuanto a consumo energético.