Los materiales Autorreparables son aquellos materiales inteligentes que, tras sufrir un daño, desperfecto, corte o fractura, pueden volver a su estado original provocando su propia reparación.
Estos materiales se han desarrollado basándose en la naturaleza, y más concretamente, en el sistema regenerativo de los seres vivos.
Los autorreparables funcionan bajo el mismo principio, cerrando la “herida” del material y devolviéndolo a su estado original. Su ventaja es que el proceso suele durar entre unos pocos minutos a algunas horas, dependiendo del tipo de material.
Tipos de materiales Autorreparables
Microcápsulas.
Este es el más sencillo, y a su vez, la forma más versátil de transformar un material común en un material autorreparable. Para conseguirlo, se añaden microcápsulas dentro del material. Cuando se produzca una grieta, corte, fractura o desperfecto, las microcápsulas se rompen y liberan unos compuestos que rellenan el desperfecto y solidifican, cerrando la rotura y devolviendo al material a su estado original.
El inconveniente de este tipo de materiales es que el número de veces que puede repararse es limitado, ya que cuando se rompen todas las microesferas de una determinada zona pierde la posibilidad de recuperarse.
Canales vasculares.
Este tipo de material autorreparable es muy similar al de las microcápsulas, ya que se fundamenta también en la liberación de unos compuestos que rellenan el desperfecto producido y solidifican para repararlo. No obstante, en vez de tener esferas dispersas por el interior del material, lo que tienen son canales, que almacenan dichos compuestos y pueden estar dispuestos en 1D, 2D o 3D.
Estos canales liberan los productos reparadores cuando detectan daño en el material. Además, pueden ir conectados a un depósito exterior que puede proveer de líquido reparador por más tiempo, por lo que la funcionalidad se mantiene más tiempo.
Intrínsecamente autorreparables
Este último tipo abarca un amplio rango. Estos, presentan la característica de poder volver a su forma original por si mismos, ya sea por medio de un aporte de energía externa, como podría ser la luz, el calor, o su propia naturaleza.
Dentro de este tipo entran, por ejemplo, los materiales con memoria de forma, los cuales pueden volver a su forma original mediante la aplicación de calor. Los ionómeros reorganizan su estructura física para autorreparar sus daños e incluso sellarlos. También existen otros tipos, entre los cuales se incluyen algunos materiales termoplásticos que al aplicarles calor pasan a un estado sólido-líquido y fluyen hasta rellenar y sellar los cortes o grietas generados.
Este tipo de materiales, proporcionan la ventaja de que su comportamiento autorreparable es casi infinito siempre y cuando tengan las condiciones necesarias para que su proceso de autorreparación se inicie (calor, luz, material suficiente, etc).
Por el contrario, tienen la desventaja de que se han de formular específicamente, por lo que sólo servirán para aplicaciones determinadas y no pueden mejorar el comportamiento de un material ya existente.
Esperamos que te haya sido útil esta información o al menos interesante. Nosotros estamos sorprendidos de que exista este tipo de tecnología en el ámbito de la construcción.
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