Cierto día recorría las instalaciones de un hotel al sur de de México, específicamente en el estado de Chiapas. Cuando entré a la habitación con esos rojos carmesí en sus paredes lo primero que percibí fue un aroma con notas de Rosas frescas.
Recuerdo una plática con una de mis mejores amigas y entre sus primeros comentarios fue mencionar esa esencia tan característica del mismo lugar. Unos meses después viajéa Mérida con alguien muy querido y al caminar por las calles descubrimos Fundación de Artistas sobre la Calle 55, muy cerca del Parque Santa Lucia. En ese lugar recuerdo que mi mejor amiga y yo, visitamos la hermosa exposición de Francisco de Goya, pero algo nuevamente llamo nuestra atención: el aroma.
En ese momento tuve un deja vu, le comenté que era la misma esencia que había disfrutado hace unos meses. Al tratar de seguir el rastro del aroma se presento justo en frente de nuestras caras un inmenso difusor y en su etiqueta el nombre, Coqui Coqui. Nos enfocamos en dicha botella grande, transparente y elegante con ese logo tan característico el cual dos palmeras lo custodiaban. Proseguimos a preguntar a la host dónde podíamos obtener la esencia, ¿de dónde provenía? ¿era una esencia mexicana?
Para nuestra sorpresa Coqui Coqui estaba justo a un costado de Fundación de Artistas. Realizamos una cita y en breve nos dirigimos al lugar. A nuestra llegada pude observar la arquitectura, conservando la belleza antigua de ese hermoso estilo que el Porfiriato nos regaló. El chico que nos recibió fue muy amable, nos explicó una breve historia de la marca, sus orígenes, su misión y cuáles eran las colecciones que la sostenían. Mis ojos estaban un poco abrumados por la belleza del lugar, las paredes tienen un hermoso tono perla y en los marcos de madera de los inmensos espejos un color verde enebro. Visualicé el diseño industrial de todas sus botellas y fui rodeando el lugar, conociendo la colección de difusores para el hogar y al mismo tiempo disfrutando no sólo el aroma a rosas frescas que había percibido meses anteriores. También goce del tabaco y flor de naranjo. Camine un poco más hasta encontrarme con los repelentes y los jabones. En ese momento nos situamos en frente de una gran vitrina con colonias y perfumes de diferentes tamaños. En lo primero que pensé fue en obsequiarle a mi madre un detalle como este, sabía que ella disfrutaría cada mañana o en ocasiones especiales colocarse pequeñas gotas para sentirse más guapa y regia.
Por su parte, Alejandra adquirió una colonia de Rosas Frescas que hasta la fecha me sigue presumiendo. El tiempo paso muy lento y considero que es una buena memoria de ese viaje.
Antes de irnos del lugar, el host nos presentó la nueva colección con inspiración de ingredientes de las islas polinesias, frutos y flores del lugar. Las degustamos y fue una experiencia completamente diferente a los tonos tan mexicanos que habíamos estado olfateando en los últimos minutos. Desde ese día, le pregunto a mi madre y a mi mejor amiga si siguen usando la esencia, a lo cual, ellas me responden con disfrute. Coqui Coqui además nos ofrece una línea de joyería, handbags, artículos para el hogar y decoración. También son socios de una cadena de hoteles boutique en Valladolid, Cobá, Mérida y en las islas de Bora Bora. Claramente, hospedarse en unos de sus hoteles es un sueño y seguro en toda tu estadía podrás gozar de las esencias que fueron creadas con mucha personalidad para ese segmento que quiere una experiencia exclusiva.