Yucatán tiene un legado histórico como pocos territorios en el mundo. En sus inmediaciones se yerguen majestuosos centros ceremoniales, ciudades capitales y bellos edificios de piedra labrada con arquitectura perfecta.
La cultura maya se encuentra viva, no sólo por su esplendor y majestuosidad en cada uno de los rincones de las zonas arqueológicas donde habitaron grandes grupos de personas antes de la conquista de los españoles, sino que sigue latente en las comunidades ubicadas en diferentes puntos del Estado, en donde algunos lugareños hablan su lengua original. Una vez que tienes la oportunidad de recorrer sus senderos, conocerás sus imponentes pirámides y esculturas majestuosas que cuentan secretos muy interesantes.
Normalmente hablaríamos de sitios arqueológicos conocidos como Chichen Itzá, Uxmal y Dzibilchaltún, pero existen una infinidad de lugares pequeños con una historia y arquitectura singular.
Kulubá.
Kulubá es una zona arqueológica que pertenece al municipio yucateco de Tizimín. Se encuentra en la región noreste del estado de Yucatán, a 37 km al sureste de la cabecera municipal y a 212 km de la ciudad de Mérida. Es uno de los pocos sitios de esta región que aún conserva arquitectura en pie y está clasificado como un sitio de rango III.
Un aspecto relevante son los cenotes y las rejolladas, son las constantes principales en la fisiografía de la zona. De esta manera, se establece una relación entre la sociedad y la naturaleza que se manifiesta en la arquitectura, la escultura y el patrón de asentamiento.
El nombre con el que se le conoce en la actualidad probablemente no está asociado a su denominación original, y sólo aparece tardíamente en la documentación de mediados del siglo XX.
Labná.
Labná es una de las más hermosas zonas arqueológicas y que aún conservan la gran mayoría de las decoraciones de los edificios: el Palacio, el Mirador y el Arco son las construcciones más destacadas.
Observar el Palacio te dejará sorprendido, son 120 metros de largo los que tiene en su base, cuenta con 57 cuartos en dos niveles y se encuentra cubierto con adornos decorativos del estilo Puuc: columnas y un gran mascarón de Chaac se aprecian en su fachada.
La foto que no puede faltar es al frente del arco de Labná, el cual está hermosamente decorado y dentro de sus nichos todavía se conserva el color original de los adornos que allí se encontraban.
Chacmultún.
A la antigua ciudad la integran cuatro grupos arquitectónicos monumentales denominados Chacmultún, Cabalpak, Xethpol y Central; en conjunto cubren aproximadamente 1 km2.
Los tres primeros grupos, en los que se localizan las estructuras visitables de la zona, fueron construidos sobre colinas; se niveló el terreno de modo que cada grupo quedara circundado por terrazas artificiales que realzan su monumentalidad.
Chacmultún se encuentra a 130 kilómetros al sureste de la ciudad de Mérida. Para llegar se toma la carretera federal número 180, al llegar a Tekax, debe conducirse a las comunidades de Canek, Kancab y Chacmultún.
Aké.
Ciudad prehispánica que jugó un papel importante en el aspecto político y estratégico durante el período Clásico, entre 250 y 900 d.C., ya que se localiza precisamente entre Izamal y la antigua ciudad de T’Hó (actual ciudad de Mérida).
Cubrió unos cuatro km2. Entre los conjuntos arquitectónicos aún conservados destaca El Palacio. En la parte central se encuentra una explanada, conocida como la Gran Plaza. Alrededor de esta área se pueden observar los edificios principales en donde vivía la clase gobernante.
Cuenta con una gran variedad de atractivos como la hacienda henequenera San Lorenzo Aké, que ha florecido durante años gracias al cuidado de sus dueños, añejas máquinas desfibradoras donde aún se trabaja el “oro verde” (henequén o sisal), los antiguos sacbés (caminos mayas) y un cenote tipo caverna.
Xcambó.
Muy cerca de la costa progreseña, más inclinado a Telchac puerto, se encuentra Xcambó, palabra que traducida al castellano significa “cocodrilo celestial”, o bien, “lugar donde se realizan trueques”.
Fue muy importante para el desarrollo comercial y salinero de la época prehispánica. Considerado como lugar de peregrinaje y culto a la Virgen, aún hoy se le venera en la capilla construida sobre uno de sus principales basamentos mayas. El marco natural son los mangles y las palmas que le dan un aire tropical y costeño de gran atractivo. Gran cantidad de entierros con ofrendas ricas en cerámica foránea (polícromos de Guatemala, figurillas femeninas de Jaina y Veracruz), hacen de Xcambó un perfecto santuario.
Oxkintok.
La palabra maya Oxkintok, durante mucho tiempo y por una interpretación literal, fue costumbre traducirla como “tres días de quema”, puesto que se compone por los vocablos Ox: tres; Kin: día o sol; y Tok: pedernal; es decir, “tres días pedernal” o “tres soles cortantes”. Actualmente se maneja como un posible significado “la ciudad de los tres soles de pedernal”.
Oxkintok es considerado uno de los asentamientos más importantes del norte de Yucatán y, quizás, la ciudad más antigua de la región Puuc central. Su posición le permitió controlar el flujo de bienes comerciales procedentes del sur de la península y conectarse con otras culturas contemporáneas. Su cronología principal es Preclásico Superior y se extiende hasta el Posclásico Temprano, del 300 a. C., a aproximadamente 1200 d. C.